Más allá de la energía fósil: generación eléctrica sostenible



Las reservas de combustibles fósiles se consumen a un ritmo mucho mayor del que se produce. En los últimos años, los expertos han revelado que los seres humanos consumimos en apenas un año lo que la naturaleza ha tardado en producir millones de años. De seguir a este ritmo el consumo de petróleo, las reservas de este combustible fósil se habrán agotado antes de que termine el siglo XXI.

El efecto invernadero es una de las principales consecuencias de la quema de combustibles fósiles, ya que esta acción provoca un aumento de las temperaturas. A esto hay que sumar que libera una gran cantidad de óxidos de nitrógeno y azúfre que reaccionan con gases presentes en la atmósfera y caen en la Tierra en forma de lluvia ácida. Por este motivo, es muy importante que empresas y gobiernos den un paso adelante y apuesten por el desarrollo sostenible en la generación de electricidad.

 

Energías renovables

Las energías renovables son aquellas que se obtienen de fuentes naturales y son ilimitadas, las cuales se han convertido en un elemento clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se caracterizan por su bajo impacto medioambiental, ya que no generan residuos. Al mismo tiempo, son fuentes de energía autóctonas e ilimitadas.

La energía solar consiste en aprovechar la radio electromagnética procedente del Sol y puede ser fotovoltaica o térmica. La primera produce electricidad directamente mediante la radiación solar, mientras que la segunda consiste en aprovechar la energía del sol para producir calor. De todas las energías renovables que existen, esta es una de las que mejores perspectivas presenta de cara al futuro, ya que el sol se puede aprovechar como fuente de energía en todo el mundo.

La energía eólica ha evolucionado mucho en los últimos años. En este caso, es el viento el que genera energía cinética, que se obtiene mediante el movimiento que este provoca al mover las palas de un aerogenerador. Muchos de los parques eólicos se construyen en el mar porque el viento es más estable. No contamina, es inagotable y reduce de manera notable el uso de combustibles fósiles. Está disponible en prácticamente todo el planeta, lo que contribuye a crear riqueza y empleo local.

 

 

La energía hidráulica aprovecha el movimiento del agua para la generación de energía eléctrica. La fuerza que provoca el movimiento del agua hace girar una turbina conectada a un transformador, convirtiendo así el movimiento en energía eléctrica. Teniendo en cuenta el ciclo del agua, se considera inagotable. Ahora bien, es fundamental que la construcción de sistemas de retención del caudal del agua se lleve a cabo de manera sostenible porque, de lo contrario, sí provoca un impacto negativo al ecosistema.

La energía geotérmica aprovecha el calor del interior de la corteza terrestre, la cual puede ser muy beneficiosa en los países en desarrollo. Tiene un coste muy bajo y no implica riesgos derivados de su extracción. Una de las principales ventajas que ofrece es que se puede obtener en cualquier parte de la corteza terrestre, por lo que puede reducir la dependencia energética del exterior en muchos países. Y, por último, cabe señalar que los residuos que produce son mínimos en comparación con los generados por los combustibles fósiles como el carbón o el petróleo.

 

Por último, cabe señalar la importancia de acelerar la implantación de las energías renovables y alcanzar el objetivo de neutralidad climática de la Unión Europea para 2050. En estos momentos, más del 20% de la energía que se consume en la Unión Europea procede de fuentes renovables, el doble que en 2004.


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