El futuro de la energía eléctrica: descubre cómo se lidera la revolución energética



El sistema eléctrico está experimentando un proceso de profunda transformación. La innovación y la tecnología están acelerando la transición hacia un sector respetuoso y eficiente con el medio ambiente. Según los cálculos actuales, la demanda aumentará un 60% hasta 2040 a nivel global, lo que obligará a aumentar el número de redes y apostar por las energías renovables. La conectividad de los clientes tendrá un papel clave en el avance del sistema eléctrico, especialmente en la generación de electricidad.

Por su parte, la electrificación es la sustitución de los combustibles fósiles por electricidad en todos los sectores de actividad, algo imprescindible para luchar contra el cambio climático y cumplir con los objetivos de descarbonización establecidos por la Unión Europea (UE). Para lograr esa descarbonización, es muy importante avanzar en el uso de tecnología con menos emisiones de CO2 y en la producción de electricidad con energías renovables.

 

 

Así será la energía del futuro

Gracias a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, una de las energías no renovables que va a desaparecer por completo es el carbón, cuyo uso es cada vez más reducido. A día de hoy, existen muchas energías renovables, las cuales ya están disponibles y en uso, pero en los próximos años se invertirá más en ellas para satisfacer las necesidades de los clientes.

La energía hidráulica vivió su época de mayor esplendor en los años 70. Sin embargo, como la generación de energía depende en gran medida de la estación del año y de la cantidad de lluvia, en la actualidad no tiene potencial de crecimiento. Y es que, los periodos de sequía son cada vez más frecuentes e intensos en todo el mundo. Según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (ONU), el 75% de la población mundial puede verse afectada por las sequías.

La energía solar es una de las que mejores perspectivas de futuro presenta. Se trata de una fuente de energía 100% renovable, ya que proviene de una fuente inagotable y duradera, el sol. Además, es una energía limpia, accesible y silenciosa. En líneas generales, existen dos tipos de energía solar:

  • Fotovoltaica: tal y como su propio nombre indica, funciona a través de un sistema fotovoltaico, que transforma la radiación solar en energía eléctrica. Los paneles solares contienen una serie de células fotovoltaicas que, cuando reciben luz de manera directa, se ionizan y liberan electrones que interactúan entre sí para generar corriente eléctrica.
  • Térmica: los equipos de energía solar térmica hacen uso de captadores o colectores solares para transformar la radiación solar en calor. Captan y almacenan la radiación solar para calentar el agua que más adelante se utiliza como apoyo a los sistemas de agua caliente o calefacción.

 

Aunque por ahora en España no se ha explotado mucho, la energía geotérmica tiene cada vez más potencialidades y menos riesgos. Aprovecha el calor del interior de la Tierra almacenado en suelos, rocas y aguas subterráneas. El vapor generado en la perforación y la extracción se conduce mediante una red de tuberías para producir energía eléctrica. Tras su uso, vuelve a canalizarse hacia el subsuelo. Gracias al desarrollo de la tecnología, el fluido circula por un circuito cerrado, sin emitir gases a la atmósfera y, una vez se enfría, se devuelve al subsuelo transformado en agua, donde capta el calor de nuevo.

La que más se está investigando en estos momentos es la biomasa, que consiste en la generación de energía a partir de restos orgánicos. El material que más se utiliza es la madera. Gracias a la combustión de pellets, serrín o leña es posible obtener calor, combustibles y electricidad.


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